Es un estudio mediante el cual se pueden evaluar y medir los flujos sanguíneos, teniendo múltiples usos.
Para valorar la obstrucción de arterias o venas en trombosis, la vascularidad en diferentes órganos, características de tumoraciones, medir flujos sanguíneos en endometrio, para estudios de fertilidad, la función placentaria, la circulación fetal, la circulación uterina durante el embarazo, entre otros.
La característica principal es integrar volumen a imágenes planas, dando un aspecto de conformación anatómica más real, esto es, se aprecian mejor los órganos y rasgos del feto. En la técnica actual nos permite visualizar, sobre todo en los fetos, sus movimientos en el tiempo en el que ocurren (tiempo real). Nos permite evaluar al feto de manera complementaria al ultrasonido convencional, para obtener mayor información del mismo. De la misma manera se puede utilizar en áreas como útero y ovarios.
Es un exámen que mide el engrosamiento de la parte posterior del cuello de un feto para ayudar a evaluar el riesgo de que presente trisomía 21 (Síndrome Down). El médico utilizará el ultrasonido para medir el grosor de la nuca del bebé. Todos los bebés tienen algo de líquido en la parte posterior de su cuello, pero en el caso de estas alteraciones existe más líquido de lo normal. Esto hace que el espacio se vea más grueso. El médico le puede recomendar este examen para detectar si su bebé tiene datos que sugieran alguna patología como síndrome de Down; siendo principalmente indicado en mujeres en extremos de la vida reproductiva (adolescentes y mayores de 35 años). Debiendo realizarse entre la semana 11 y 14 del embarazo.
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